martes, 8 de diciembre de 2009
sábado, 28 de noviembre de 2009
Maratónico
martes, 24 de noviembre de 2009
Silencio
domingo, 22 de noviembre de 2009
De pesadillas nocturnas...
viernes, 20 de noviembre de 2009
No andaba muerto.... tal vez sí, pero sólo un poco
viernes, 30 de octubre de 2009
Crónicas Cervantinas Parte 2 (LLegada a Guanajuato en el Hotel alhóndriga, cerca del museo de la albóndiga)
También pasamos por el célebre y reconocido "Callejon del beso", para ser poco más de las diez de la noche estaba atiborrado de gente e incluso era difícil pasar ( se qué es obvio, porque de entrada es un callejón entonces la dificultad es algo que se espera) . Lo curioso, o por lo menos para mí fue que, adentro del callejoncito o por lo menos al ir pasando por ahí, hay puertas que te conducen a negocios de souvenirs, por lo que puedes comprar recuerdos y otro tipo de cosas en las casitas que colindan con el callejón. Como dato anecdotico, la mayoría de personas que observé besarse ahí, estaban ebrias.
Figuras de los doce apóstoles, no recuerdo cuál es ese. Pero esas figuras están cerca de un área verde.
Ah mejor les pongo los links de las fotos, no sé todavía manejar las imagenes a mi antojo.
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Igual de los apóstoles
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Vista panorámica de la ciudad de día.
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"El Pípila" de noche
cortesía de la imagen: Heber Abelino
miércoles, 28 de octubre de 2009
Guanajuato: Crónicas Cervantinas Parte 1 (el viaje ebrio desayunando a las 5 AM con destino en Irapuato)
jueves, 22 de octubre de 2009
Al cervantino
martes, 20 de octubre de 2009
El Bolillo Maldito
Fin
P.D: Hay una anécdota con este relato, si bien no es graciosa por lo menos es curiosa, en su momento la contaré, ya que haya pasado algo de tiempo y tenga la cabeza fría.
Ahora el próximo Jueves a Guanajuato al Cervantino
A ver que cosas nos depara.
lunes, 12 de octubre de 2009
Del Reino olvidado y sus tesoros perdidos
Ya tenìa tiempo pensando en escribir sobre esto, pero hasta apenas confluyeron las benditas caracterìsticas que necesitaba para poder decirlo, entre ellas el buen humor. Ademàs aprovechando que ya habìa publicado que Rata Blanca fue nominada para los Grammy Latino, pensè en ahondar sobre la temàtica que aborda su disco "El Reino Olvidado".
El concepto del Reino Olvidado parte de la premisa que expresa Walter Giardino (guitarra y lìder de la banda) "El Reino olvidado, es la adolescencia y el mundo que estamos perdiendo ,busca ser un regreso a un espíritu rebelde y con ideales".
En la primera canciòn que lleva por tìtulo el mismo nombre que el disco, nos damos cuenta de lo que nos quieren decir, "La oscuridad sabes que està, desolando la tierra y el mar, tiempos sin paz, odio y dolor, necesito poder respirar, tu corazòn te llevarà hacia el reino olvidado que està, sòlo dentro de tì".
Y el mensaje resulta claro, o por lo menos a mi criterio se busca tomar conciencia, y darnos cuenta de las cosas que estàn mal a nuestro alrededor, pero sobre todo retomar todos los ideales, los sueños que tenìamos en el pasado y que dejamos ir por diferentes circunstancias, y que la sociedad se ha encargado de arrebatarnoslos y moldearnos.
Yo lo entiendo asì, y puedo decir que en un 100% estoy de acuerdo en el mensaje que da el disco, sobre todo porque nos damos cuenta en la gente mayor, muchos de ellos tenìan sueños que cumplir o metas que alcanzar y los dejaron ir. Y sucede seguido, porque la sociedad intenta hacernos seres frìos, desnaturalizados e insensibles, y con el paso del tiempo ante tantas decepciones terminas cediendo a lo que los demàs te digan y actuando como ellos.
Soy joven y sè que me falta mucho por vivir, y tal vez para muchos esto no tenga mucho de relevancia porque no he vivido tantos años, o porque me falta sabidurìa de la que se da con el tiempo. Pero me considero una persona que tiene ideales y que quiere lograr cosas, y en efecto se que la lucha contra el entorno no serà fàcil, pero de eso se trata, de mantener tus esperanzas y segur luchando hasta alcanzar tus objetivos.
Y me decepciona mucho cuando escucho a las personas decir que cuando somos jòvenes estamos en nuestra etapa idealista, para mi no hay etapas de la vida, si tienes la convicciòn suficiente nunca perderás las esperanza y lograràs lo que te propongas, pienso que aquellas personas fueron las que cedieron ante lo que nos tratan de decir los demàs es decir, perdieron su esencia, para mi las ùnicas etapas que tiene la vida son las fìsicas, porque es inevitable envejecer o vernos màs grandes, pero el espìritu no tiene edad y es el que nos hace transmitir la juventud a travès nuestros actos.
Y ejemplos hay varios todos intentan decirnos que no tiene caso ser honesto, honrado o sincero, que a fin de cuenta decir la verdad no lleva a nada, pero yo no concibo una vida llena de mentiras, o aquellos que se dedican a transar que nos incitan a ser como ellos a decir " no me importa pasar encima de cualquiera, si tengo lo que quiero", pero para mi no tiene nada de bueno lograr lo que quieres, si para eso tuviste que ser desleal, o engañaste a muchos.
En "Talisman" escuchamos otra frase que tiene que ver con esto " Y hoy que me fío de pocos, y hoy que reina la traición, sé que alguien puede curar mi corazón"
Y es cierto, estamos en una època en la que no se puede confiar en nadie, y eso tambièn tiene que ver mucho con la perdida de valores, personas que tiran a la basura su lado màs humano para convertirse en depredadores de su misma especie.
Y bueno, para no caer en textos moralistas, basta decir que cada uno debe hacer una exploración interna y recordar como era su pensamiento.
Para finalizar Giardino en una entrevista comentaba "Cuando somos chicos tenemos un espíritu increíble, o cuando somos jóvenes, adolescentes, creo que es lo mejor de la vida y de alguna manera dejamos de soñar, dejamos de tener ideales, de pensar con el corazón, de sentir con el corazón, y nos ponemos a la orden de la sociedad que nos dictamina que es lo que tenés que hacer para ser un buen hombre”
Al final, creo que cada uno debe encontrar su reino olvidado que está tan dentro de nosotros.
Fin
PD.Por cierto, Rata vendrá a Puebla el 15 de noviembre, ruego porque no sea en la pista capu, espero que sea en un mejor lugar, y no por la gente, sino por el sonido y la calidad de recinto que la banda se merece.
Hago chaguitos para que sea en el complejo cultural siglo XXI
Listo para el Talismán Tour 2009
viernes, 9 de octubre de 2009
Calles sin luz
En las noches, una calle sin luz
te arrebata las ganas de atravesarla
sirve para darle sabor a las pesadillas
y a las historias tenebrosas que quieran
sembrar el terror en tus pensamientos.
Una calle sin luz, te hará sudar desconfianza
y no querer ver el rostro, de las casas que
permanecen apagadas, albergando sueños
dormidos.
Pero nadie dijo nunca, que hay personas
que son como calles sin luz, y los prejuicios
han podido más que impiden que la gente
las quiera atravesar.
Porque esas personas han guardado sus sueños
tan profundamente que no hay luz que las
pueda descubrir.
Porque una calle sin luz, no quiere decir
que sólo haya cosas malas esperando por ti.
Porque el ser alumbrado no significa belleza
si la luz que se emite no es propia.
Porque la oscuridad puede guardar más tesoros
que la luz en su estado más resplandeciente.
Y esas personas, que son como calles sin luz
guardan luz propia y la expulsan desde su corazón.
Con los ojos en blanco
En las noches sólo los murmullos me acompañan
las imagenes y recuerdos son los construtores
de mis pensamientos.
Permanezco acostado en una cama, que me hace
sentir que no queda una sola razón por la que deba
continuar.
Alguna vez escuché que los ciegos eran infelices,
debí haber estado tan perdido en la ingenuidad
que lo creí.
Pero la realidad es un mounstro tan terrible,
que te hace cerrar los ojos y nunca más
querer volverlos a abrir.
Porque al caminar y ver a las personas destruir
el poco amor que queda, quisiera no distinguir
el rostro del odio ni del rencor.
Porque seguramente la felicidad no se ve
y su apariencia se distingue mejor en la oscuridad.
Porque un ciego descansa placenteramente,
pues su paz está en su mente y en los castillos
y paisajes que pueda llegar a crear.
Por eso ahora en esta noche, quiero mis ojos cerrar
y tal vez no volver a mirar, a la tristeza impregnada
en la piel humana, ni a la maldad actuar como un tirano
sin piedad.
Y no volveré a abrir mis ojos, dejaré que los murmullos
sean las estrellas que me indiquen mi camino.
miércoles, 7 de octubre de 2009
El planeta de los deseos perdidos
Agonizando la vida
¿Qué harás cuando ya no haya sueños por cumplir?
¿Qué harás cuando quieras inhalar el aire más puro y
sólo esté la destrucción como tu compañera?
Buscarás recordar lo más hermoso de un planeta
que destruimos por nuestra inconsciencia y salvajismo.
Por llenarnos de ambición y aplastar a nuestros
hermanos sólo por no llevar nuestro mismo camino.
Por asesinar a aquellos que no hablan, pero que su
mismo silencio los hace ver más sabios que nosotros.
Porque el vestirnos de pieles sin culpa, nos hace
ver que estamos perdidos en la locura y tiranía.
Porque alimentarnos ávidamente de carne inocente
sólo engordó nuestra maldad.
En mis sueños puedo ver a las estrellas llorar, porque
no comprenden que destruyamos el mundo en el que
modelan.
Puedo ver que el Sol nos dará la espalda, hasta dejarnos
congelados en nuestro propio veneno.
Hellhammer "Liberando el Líbido Poético"
Los pensamientos abiertos
Nunca he compredido por qué el silencio sabe a tristeza
ni cuando mis propias palabras forman un escudo para
impedir que las pronuncie.
Una vez soñé con el mundo de los pensamientos y me
quedé atrapado en las calles de la observación, donde
las lámparas son como ojos tristes, que esconden una lágrima
y cuando éstas caen, las calles por donde transitan las vidas
consumadas en silencio profundo, se inundan hasta lavar
todas las penas.
Pero alguien me advirtió que no debía quedarme ahí,
que el permanecer me haría sepultarme en el olvido,
que era momento de hablar, que no todo está perdido.
Por eso sigo sin entender, por qué cuando veo tu rostro
éste me obliga a no decir nada, a no arruinar el bello
paisaje que forman tus ojos.
Me prohibe pronunciar un sonido que pueda deshacer
la ilusión que me das por un momento tan fugaz.
Me obliga a ser sólo eso, un pensamiento para ti, tan efímero
como un pestañeo y a la vez tan glorioso como un baño de
tu mirada, y me obliga a callar las palabras más sinceras que
he llegado a pensar
viernes, 2 de octubre de 2009
Viernes de Cuentos... y de revelaciones
Ahora que Julio Domínguez comienza a recobrar el sentido, muchas interrogantes vienen a su mente, como incesantes olas dispuestas a arrebatarle la cordura, lo mejor de todo es que ha recobrado el control sobre sus extremidades inferiores, después de pasarse los últimos diecinueve años, nueve meses, dos días y cinco horas en una silla de ruedas. Pero las interrogantes siguen ahí, se pregunta por qué ha envejecido tanto y no lo ha sentido, por qué su rostro muestra un semblante diferente al que recordaba.
Julio se levanta de su cama, se asoma por la ventana de su cuarto que da hacia la calle, y observa que las casas han cambiado un poco, hay automóviles con formas menos cuadradas y más atractivas, tan diferentes a como él las había visto por última vez.
El sol lo deslumbra tanto que decide regresar a su cama, ahora lo que observa detenidamente son sus brazos, mucho más desgastados, comienza a sospechar que el haber dormido tanto, fue la causa de su deterioro físico y de su desconocimiento total del entorno en el que está.
Una ráfaga choca contra su pensamiento, al detener su mirada en un pequeño maletín color gris, ese maletín lo transporta a un mundo desconocido y distante pero a la vez a una dimensión de la que fue arrebatado abruptamente como un corte de electricidad, o como una bomba que arrasa con todo a su paso, incluso con lo que no es visible al ojo humano, como el aire o los sueños de una persona que tenía una misión.
Se acerca al maletín, no presta atención a las letras bordadas que tiene al frente, lo abre y observa que hay cosas a medio usar, entre ellas una botella de loción francesa, que posee una etiqueta en la parte trasera, escrita con tinta que dice: “Con cariño Para Julio, de parte de su madre, por su cumpleaños número veintidós Enero 1943”. Debajo de donde estaba la loción se asoma una hoja doblada, la toma y la desdobla, esa hoja dice en letras grandes: “Permiso para entrar a los Estados Unidos de América”, después de las letras grandes, viene un pequeño, pero no menos importante párrafo de cinco renglones, ese párrafo dice: “Debido a que nuestra gente, se encuentra luchando por el bienestar y seguridad de nuestro país en esta guerra mundial, le hemos otorgado a usted: Julio Domínguez, ciudadano mexicano, el derecho a entrar en territorio de EUA, para hacer las funciones de mano de obra en campos, fábricas y construcciones, a partir de Agosto de 1943 hasta Agosto de 1944, la zona que se le ha asignado es el Estado de California”.
El texto completo de la hoja finalizaba con un lema que exhortaba a sus propios habitantes a seguir luchan do en tiempos de guerra “El Halcón vuela por los cielos para defender lo que le pertenece, y nosotros somos como halcones a la caza de nuestro enemigo, que caerá pulverizado por la justicia divina”. Después del lema venía la firma del gobernador del estado y el sello de su gobierno. Al terminar de ver esto, el desconcierto sigue rondando su mente, cierra el maletín de golpe y ve las letras bordadas en él que había ignorado minutos antes.
“Unión de Braceros Mexicanos en servicio de los E.U, Segunda Guerra Mundial” Julio termina de leer esto y cae completamente inconsciente.
Julio había estado pasando los primeros años de su juventud jugando beisbol y ayudando a su padre a trabajar los terrenos de siembra que éste poseía en las fronteras de la ciudad capital del estado oaxaqueño.
Esa actividad no le encantaba del todo, pero era la única que le generaba un poco de ganancias, con las que podía comprarse de vez en cuando bate nuevo de beisbol o una careta, o incluso le alcanzaba también para pagar sus borracheras de más de una semana que emprendía con sus amigos. Después de todo ya no tenía otra forma de ganar dinero, y sus estudios los había abandonado al terminar de estudiar sexto año de primaria, por órdenes de su padre que no consentía que su hijo perdiera más tiempo en la escuela, cuando ya estaba lo suficientemente grande para hacerse cargo de la yunta y de los terrenos.
Era el mes de Enero cuando acababa de cumplir veintidós años, platicaba con su madre y le contaba que a más tardar en tres años se iría a probar suerte al otro lado de la frontera. Su madre no creyó que hablara en serio, así que sólo se limitó a decirle que le echara ganas y que dejara de emborracharse, sino acabaría como su padre, muerto hace un par de años, por ingerir mezcal como si de agua se tratara.
El día que recibió la noticia, se despertó temprano y salió a la calle para comprar el pan con el que cada mañana acompañaba su desayuno, cuando escuchó una camioneta que avanzaba lentamente por las calles principales de la ciudad, y llevaba consigo una torreta que salpicaba palabras pero no podía entenderlas a la distancia donde se encontraba, le llamó tanto la atención que salió en una calle donde la camioneta pasaría momentos después, pasó la camioneta y fue ahí cuando escuchó claramente “Atención, a todos aquellos que deseen enlistarse para trabajar en E.U como braceros, a partir de Agosto de este año, favor de presentarse en el Palacio Municipal, con su acta de nacimiento”.
Julio sintió que era su oportunidad para progresar, por lo que se regresó corriendo a su casa, sin comprar el pan que le habían encargado, llegó directamente a buscar su acta de nacimiento. Su madre lo vio entrar, pero no entendió su alboroto. Julio le contó a su madre, aunque ella no le creía, no le importó, y partió esa misma tarde rumbo al Palacio para enlistarse y salir del lugar que lo vio nacer.
La noticia de poder irse a trabajar a Estados Unidos, alegró tanto a Julio que se puso a aprender inglés con su tío abuelo que tenía poco tiempo de haber regresado, a pesar de que sus intentos de aprender fueron inútiles, no se desanimó y continuó con las mismas ganas de irse.
Llegó el mes de Agosto y Julio y otros quince jóvenes oaxaqueños partieron en tren rumbo al Distrito Federal, ahí esperaron diez días, para que llegaran otros trabajadores de los demás estados del sur. De nueva cuenta abordaron el tren, pero esta vez rumbo al estado de Sonora, ahí cruzaron la frontera, hasta toparse con la policía migratoria de los Estados Unidos. Antes de dejar el tren a Julio y a sus compañeros, les entregaron, los permisos que los acreditaban para poder trabajar ahí de manera libre, y un maletín gris que habían mandado a hacer para repartírselos a los trabajadores que habían aceptado enlistarse.
Fue a finales de Agosto, cuando Julio llegó a Los Ángeles, los primeros días fueron difíciles, pues le costaba trabajo, adaptarse a la comida que ahí servían. Jugo de Naranja y Hot Cakes, eran alimentos que no tenían ni un gramo de alama, que sí poseían el chocolate con leche y el pan de Yema, que sólo se hacían en su tierra.
Para octubre de ese año, ya se había adaptado completamente, ya sabía su rutina de trabajo y la paga era bastante buena, el primer mes le envió cinco mil pesos a su madre por giro telegráfico. Y en su maletín gris iba guardando los timbres postales que recogía en las oficinas donde depositaba dinero, También guardaba ahí, pequeños textos que hacía a manera de diario, para así poder recordar su aventura, cuando ya estuviera viejo y achacoso.
Pero las cosas se complicarían cuando en Enero de 1944 se corrió la voz, y se dijo que aviones alemanes podrían atacar la ciudad. Por lo que Julio, comenzó a escribir acerca de sus miedos y lo que temía que pasara, esos pequeños fragmentos también los guardó en su maletín.
Era la mañana del 22 de Enero de 1944, cuando Julio y sus compañeros se dirigían al campo donde se les había asignado, para seguir cosechando manzanas y jitomate, ante ellos la sombra de un avión de guerra se interpuso, se quedaron atónitos cuando vieron que el avión se dirigía hacía el lugar donde dormían y soltó un proyectil que redujo el lugar a sólo cenizas, por suerte Julio no dejó nada importante ahí, su maletín gris lo cargaba a diario en sus jornadas laborales.
Julio corrió y trató de escapar, otros de sus compañeros, fueron presa del pánico cuando otro avión se acercó a donde ellos estaban y comenzó a dispararles, muchos murieron al instante, pero Julio corría para ponerse a salvo, vio a quinientos metros aproximadamente, una pequeña guarida, creyó que ahí podría refugiarse, pero fue algo tarde, para cuando comenzó a correr, las balas lo alcanzaron, una a la altura del abdomen y otra a la altura de las vertebras cervicales.
Ya no se podía levantar, por lo que se fue arrastrando hasta llegar a la pequeña guarida, una vez estando en ahí, se desmayó, ya que una piedra le cayó en la cabeza y lo dejó inconsciente. No supo que pasó después, al otro día despertó en la cama de un hospital, pero no recordaba nada y lo peor de todo era que no podía caminar, no recordaba su nombre y a pesar de que su maletín gris, estaba al lado de su cama, no pudo recordar lo sucedido.
Le siguieron años de Fisioterapia, para rehabilitar sus piernas, el progreso era bueno pero no por completo, y no recuperaba la memoria, a pesar de todo, los doctores lo consideraban un fenómeno por haber sobrevivido a ese ataque. Hasta que un día observó a su alrededor, recobró pedazos de su memoria y le intrigó saber que había en ese maletín.
martes, 29 de septiembre de 2009
Rata Blanca Nominada al Grammy Latino
Si bien la noticia no es nueva o recién salida, tampoco es añeja, y tal vez no tuviera mucha importancia hablar de esto, pero sí la tiene, puesto que estamos hablando de la banda más importante del Heavy Metal Latinoamericano y también de una de mis bandas preferidas, y el hecho de ser nominados para recibir este premio ya es un logro muy grande, ya que se están tomando en cuenta grupos que no necesariamente son producto de fenómenos mediáticos, y que al ver las ventas que han alcanzado pues nos da la idea del poder de convocatoria y la carrera que han labrado a lo largo de estos 22 años que ya llevan en la carretera.
viernes, 25 de septiembre de 2009
¿¿Exorcísame Padre o Exorciceme Padre??
De todos modos el cuento lo bauticé como Exorciceme Padre, si no les gusta, pues le cambian el título a exorcísame padre, y ya está. Creo que está un poco largo, pero como siempre agradeceré que se tomen la molestia de leer todo.
Exorcíceme Padre, Por favor.
El teléfono volvía a sonar con insistencia, para ser exactos era la sexta vez que sonaba sin ser contestado, cualquiera que escuchara eso, pensaría que se trata de una emergencia o en su defecto de un asunto de cuentas pendientes. Pero no era así, porque en lugar donde sonaba el teléfono era la Santa Iglesia Milagrosa del pueblo de Putla, Villa de Guerrero en Oaxaca, y la persona que no quería atender al llamado era el Padre Ponciano, una persona ya de edad avanzada y que jamás se quitaba la sotana, pues con ella se sentía la gran autoridad del pueblo, el mandamás.
Temeroso y sentado en una mecedora que escondía en el ábside de la iglesia, el Padre Ponciano escuchaba el sonar del timbre del teléfono y cada timbrazo lo hacía estremecerse aún más y llenarlo de escalofríos, pues la razón por la que éste sonaba era ni más ni menos que para atender un exorcismo que él había aceptado llevar a cabo dos días atrás. La persona que tenía que exorcizar era la hija de doña Ernestina, que llevaba por nombre Cándida y que a palabras de doña Ernestina a ésta se le habían metido los demonios por andar jugando con sus amigas a que llamaban a las brujas y después se convertían en una de ellas.
El Padre Ponciano estaba bastante asustado, para variar no sabía cómo hacer frente a este tipo de casos ni mucho menos qué hacer si las cosas se complicaban, en todos los años que llevaba como sacerdote sólo en una ocasión se le había presentado una situación como ésta, y esa vez para no llevar a cabo la misión fingió estar enfermo de Tifoidea y pues en esa condición no podía ni salir de su casa, aquella ocasión le salvó el pellejo el Padre Porfirio que se encontraba a su lado, y en su lugar acudió él para hacerse cargo del exorcismo, pero esta vez no había ningún Padre Porfirio que le pudiera salvar la vida ni que pudiera llevar a cabo la chamba que le correspondía a Ponciano.
El exorcismo para la niña Cándida había estado pactado para las cuatro de la tarde, y entre tanto tiempo que ya había perdido el padre en idear una solución para eso ya se había ocultado el sol, ahora si se decidía a actuar tendría que hacer frente al mismísimo demonio bajo la luz de la luna, condiciones nada favorables y que ayudarían a hacer más lúgubre el ambiente de lo que ya podía ser.
De repente se escuchó que tocaban la puerta donde se hallaba escondido el padre, éste se asustó pero inmediatamente preguntó:
-¿Quién es?
A lo que acto seguido se escuchó la voz de su acólito que contestaba:
- Pues yo, Tomás, hay padre cómo se atreve a preguntar que quién es si ya sabe que ahorita solo estamos usted y yo.
- Ah, eres tú y qué quieres- dijo el padre con voz un tanto molesta
- Pues le vine a recordar que tiene que ir a casa de doña Ernestina para curar a la niña de eso que tiene, no ve que ya son casi las ocho de la noche y allá afuera ya está casi completamente oscuro y ya se asomó la luna, o qué, ¿ya se le olvidó?
-No, no se me ha olvidado, pero quién te crees tú, para decirme lo que tengo hacer.
- Pues sólo le venía a recordar su pendiente
- Mira Tomasito si no tienes nada que hacer, ve a mi casa, acabo de recordar que mi perro se sentía mal y en la mañana no quiso comer y hasta vomitó lo que había tragado la noche anterior, así que ve a ver cómo está, y sírvele de comer, si se sigue sintiendo mal marcas aquí a la iglesia para que lo lleve al veterinario, no puedo desamparar a mi perro.
- Qué, o sea que va dejar pendiente lo que tenía previsto, sólo porque su perro se siente mal, no Padre eso no está bien.
- Cállate y ve a hacer lo qué te digo y me marcas de todos modos para que lo vaya a ver, vete que esperas- finalizó tajantemente el padre.
Tomás se dirigió rumbo a la casa donde el padre habitaba que no estaba muy lejos de la Iglesia, al entrar a la casa del padre, se percató de que el perro estaba bastante inquieto, éste ladraba y chillaba a la vez y hasta se estampaba contra la puerta de la casa que daba hacia el patio . Tomás lo revisó le sintió la panza al perro y observo que su temperatura era la idónea, para ser un perro de raza Labrador estaba bastante bien y no daba señales de padecer alguna enfermedad, además Tomás creía que los perros finos tendían a enfermarse por cualquier cosa, para él nada se comparaba con los perros callejeros, resistentes y luchadores hasta el final. Pero lo que si observó fue que el perro seguía inquieto, se dirigió hacia donde el padre guardaba la comida del perro que consistía en puros trozos de carne de res y alguno que otro hueso de costilla del mismo animal, y le sirvió la comida al perro, éste devoraba con tanta avidez que terminó con las dudas de Tomás acerca de si el perro estaba enfermo o no, pues parecía que a propósito el padre Ponciano lo había dejado sin comer. Todo esto no debió durar más de una hora
Tomás pensó:
-Vaya, que cosas hace el padre con tal de no cumplir con su obligación, es más el mismo hubiera matado a su perro si lo deja sin comer otro rato más.
Mientras el padre impaciente en la iglesia daba de vueltas esperando la llamada de Tomás, para que le informase que sucedía con su perro, pensaba que no se lo podría haber ocurrido un mejor pretexto para librarse del exorcismo, pero en lo que no pensó, fue en cómo iba identificar la llamada de Tomás para que no se fuera a equivocar y le fuera a contestar a doña Ernestina, entonces ahí sí que habría problemas, fue el momento en el que el padre se dijo a sí mismo:
- Me lleva la chingada cómo se me fue a olvidar decirle cómo tenía que marcar, pinche Tomás nomas donde se tarde en llamar y me vaya yo a confundir.
No pasaron más de 2 minutos y el teléfono sonó, y el padre nervioso por completo no sabía si contestar o no, pues temía que se fuera a confundir y fuera doña Ernestina, así que no contestó, prefirió dejar el teléfono así.
Mientras tanto, Tomás era el que había marcado a la iglesia para informarle al Padre Ponciano cómo estaba su perro, pero se encontró con que el teléfono no fue contestado.
Volvió a sonar el teléfono en la iglesia, y esta vez el padre se vio en la necesidad de contestar y en efecto así fue:
- Diga- dijo el padre con voz nerviosa
- Padre Ponciano- se escuchó una voz femenina
-Sí el habla- contestó, y en ese momento en su mente empezaron a llover insultos y mentadas de madre para Tomás por no haber sido él quien llamaba.
-Qué pasó Padre, dónde está, dijo que iba venir a ver a mi niña y no ha venido, desde la tarde lo estoy esperando y usted no llega, se está poniendo cada vez mas mal, ahora ya saca espuma por la boca y habla en lenguaje que no se le entiende, primero pensé que me estaba insultado y cuando se calmó un poco que le meto sus guamazos, pero de nueva cuenta empezó a hacer así.
- Oh que terrible.
- Sí padre, apúrese a venir no quiero que mi hija enloquezca más.
- Este, eh, eh si voy a ir, espéreme como a las 10 de la noche llego, es que olvide algo muy importante en mi casa y primero debo ir por él antes de ir a su casa.
- Bueno, pero no tarde más por favor- dijo doña Ernestina con tono apurado y colgó.
El padre se tumbó sobre su mecedora y empezó a decir más maldiciones en voz alta:
- Me lleva la que me trajo, estúpido acólito no puede hacer nada bien, pero cuando lo vea le voy a meter sus buenos trancazos.
Sonó el teléfono otra vez y para su fortuna o infortunio esta vez, Sí era Tomás:
- Padre por qué no contestó el teléfono la primera vez que marqué- dijo de forma apresurada el acólito
- Si serás estúpido, también te tardaste mucho en llamar y pensé que sería esa vieja que quiere que vaya a ver a su hija, y por tu culpa le contesté a ella, ahora tengo que ir y todo gracias a ti.
- Pues que quiere que haga, si revisé bien a su perro hasta cerciorarme de que no tuviera nada, y de hecho no tenía nada.
- Eh, cómo que no tiene nada, si yo lo vi muy enfermo, es más voy para allá espérame ahí, horita voy.
- No es necesario que venga, ya le di de comer y está muy tranquilo.
- Cállate, otra vez intentas decirme que hacer espérame allá, en 15 minutos llego.
El padre salió de la iglesia pero antes de salirse se fijó en el reloj, exactamente marcaba las 9 de la noche, sólo tenía hora y después tendría que ir a su misión importante. Llego a su casa y vio a Tomás, de nueva cuenta lo volvió a regañar y hasta se tuvo que contener para no pegarle una bofetada, fue ahí donde tuvo que confesar la verdad:
- Qué pasa padre, por qué esta tan nervioso, si ya vio a su perro y está bien- dijo Tomás
- Es cierto, está bien pero es que… la verdad… - contestó el padre con tono titubeante
- Qué pasa Padre
- La verdad es que me da miedo ir a exorcizar a la niña, no sé cómo hacer eso y me da miedo que s me vaya meter el diablo a mí.
- Pero cómo se atreve a decir eso Padre, usted debe saber cómo hacerlo, ¿no por eso mismo es sacerdote?
- Sí, pero nunca he querido hacer eso, es más no quiero hacerlo, pero parece que no me queda otra opción-
- Pues eso sí Padre, ahora le toca hacer su responsabilidad, ni modo.
- Eh, pero que crees tú vendrás conmigo y me ayudarás, pues que creías que nomas sirves para recoger limosnas.
- ¿Pero yo Padre?, yo Sí no se llevar a cabo ese tipo de rituales, es más estoy acá porque mi mamá me obligó, si no, no estuviera con usted.
- Pues vendrás conmigo, y aprenderás junto conmigo a hacerlo, es más agarra esos dos cuchillos que están encima de la mesa de mi cocina, escóndelos bajo tu atuendo por si algo sale mal.
Tomás cogió los dos cuchillos, ambos eran largos y afilados y tenían un buen mango, por lo que su uso cotidiano no era más que para cortar carne por lo tanto no era dificultoso usarlos. En la mente de Tomás quedó flotando ese “por si algo sale mal” que había dicho el padre, pues inevitablemente le vino a la cabeza, la idea de clavárselos a la niña por si ésta se ponía muy espesa y rejega a la hora del ritual.
El padre fue al baño a lavarse su cara y sus manos, y al ver su rostro reflejado en el espejo lo notó demasiado cansado y demacrado, mucho más de lo que solía verse. Se volvió a pasar la mano por la cara, pero lo hizo tan fuerte que al tocar su nariz, sintió cómo algo caía y pensó que podrían ser los mocos que se le habían aflojado y cómo tenía los ojos cerrados no se percató de que era sangre la que escurría por su boca y hasta se manchó su sotana, fue hasta que abrió los ojos porque seguía notando que algo le escurría y vio que en efecto era la sangre que chorreaba por la parte baja de su cara y en la sotana tenía tres grandes manchas rojas que se apreciaban de manera muy grotesca y que para variar ese día había vestido su sotana blanca pues las demás estaban sucias.
Pensó:
- Me lleva la chingada, si alguien me viera salir de la casa de doña Ernestina así, pensaría que fui a hacerla de carnicero en vez de exorcista.
Acto seguido, salió del baño, no podía cambiarse por lo que tendría que ir así, le dijo a Tomás desde el baño que llevara consigo el Crucifijo y la medalla de San Benito muy socorrida en esos casos, y él se encargaría de llevar el agua bendita en un tubo y la estola violácea, cuando Tomás lo vio manchado le pregunto qué le había pasado, el padre solo se limitó a decirle que qué le importaba.
El reloj marcaba 9:50 de la noche y ambos salieron de la casa, el padre Ponciano le dijo a Tomás que pasara lo que pasara se mostrara seguro, pues le habían contado que el demonio se mete en las personas que ve menos seguras y mas titubeantes, así que por cualquier cosa debía de conservar la calma.
Llegaron a la casa de Doña Ernestina y desde afuera se escuchaban gritos, insultos y golpes. Al escucharlos los dos se estremecieron tanto que hasta se dijeron entre ellos si sería buena idea abandonar todo eso ahora mismo, pero no fue así ya que algo los hizo quedarse ahí. Tocaron la puerta y salió de la casa doña Ernestina, le dio tanto gusto verlos que los recibió a ambos besándoles las manos, y el padre se acordó que ya no se había lavado las manos después de que se quitó la sangre de su cara.
Pasen por favor- dijo doña Ernestina y se fue rumbo al cuarto de Cándida que daba de gritos amarrada en su cama.
El Padre miró a Tomás y le dijo que tratarían de resolver el problema con rezos y luego reprenderían al demonio y si eso no funcionaba, pues que Dios se apiadara de ellos.
Regresó Doña Ernestina y les dijo que pasaran al cuarto y que hicieran lo posible por curar a Cándida, El padre y Tomás entraron detrás de ella y su reacción al ver a la chica fue de espanto total, pues sus ojos emanaban una furia total y su boca hacia muecas llenas de rabia.
El padre le dijo a Tomás:
-No temas, sólo haz lo que te diga
- Esta bien, pero si esa cosa nos quiere pegar, ¿qué vamos a hacer?
- No lo sé, confío en lo que traigo, estoy seguro que las groserías que le digamos y el agua bendita bastarán- contestó el Padre
Cándida en su estado de poseída, con voz bastante gruesa malvada les dijo:
-Qué hacen ustedes aquí, par de maricones, lárguense de aquí, soy capaz de comérmelos vivos a ambos.
Tomás y el Padre Ponciano se quedaron petrificados del miedo y el Padre se limitó a decir:
-Basta, qué quieres aquí, qué buscas en el cuerpo de esta jovencita, te ordeno que te vayas te reprendo en el nombre de Jesucristo.
- Ah, no me haces daño estúpido cura maricón, mira que venir acompañado de tu acólito te hace ser aún más repugnante- repuso Cándida
- Cállate- dijo el cura. Y le roció agua del agua bendita que traía en el tubo, y ésta cayó en los ojos de cándida que soltó un alarido temible y escalofriante, e inexplicablemente pudo alargar una pierna hasta golpear con el pie al padre Ponciano y dejarlo noqueado en el suelo durante unos segundos, Tomás al ver eso, se agachó para ayudar al padre pero como vio que no se movía, y que Cándida parecía tener más fuerzas, sacó el crucifijo del padre y se lo enseñó a Cándida, y esta de nueva cuenta soltó otro berrido ahora más fuerte y más pronunciado, y se cubrió los ojos, pero esta vez no pudo golpear a Tomás que se escondió detrás del closet que tenían en el cuarto.
Al cabo de dos minutos el padre recobró el sentido y se levantó, alcanzó a ver cómo Cándida esta mas enfurecida y soltaba muchas más maldiciones ahora en lenguajes que para el intelecto humano eran incapaces de ser comprendidos.
Vio a Tomás y le dijo que viniera cerca de él, y en la oreja le tuvo que contar su plan, éste consistía en que el Padre se abalanzaría contra el cuerpo de Cándida y trataría de ahorcarla para ver si así, el demonio conseguía salirse del cuerpo de la joven, además le había dicho a Tomás que si todo se salía de control que saliera a pedir ayuda, éste simplemente asintió con la cabeza.
Paso un minuto y el padre se le quedó viendo a Cándida y ésta siguió insultándolo, después de todo eso ya no era novedoso pues los últimos veinte minutos de su vida los había pasado recibiendo insultos, siguió observándola fijamente y luego se le abalanzó contra su cuerpo, Tomás al ver la escena se quedó perplejo y sólo vio cómo forcejeaban el demonio en el cuerpo de Cándida y El Padre Ponciano, y al ver que el demonio estaba ganando la partida saco de su traje los cuchillos largos y afilados y se los clavó a Cándida uno a la altura del abdomen y otro a la altura del tórax, lo hizo de tal manera que no fuera a lastimar al padre en el intento y afortunadamente todo salió bien o por lo menos regular.
El Padre sintió cómo Cándida dejo de forcejear y luego vio cómo emanaban de su cuerpo grandes cantidades de sangre, y cómo poco a poco se desvanecía hasta que cayó en el suelo y completamente muerta, habían logrado terminar con esto, pero eso no quería decir que hubieran terminado satisfactoriamente pues no pudieron llevar a cabo el ritual. El padre al ver a Cándida muerta y con los cuchillos clavados en su cuerpo reganó a Tomás y le dijo que había cometido una estupidez y que debió ir por ayuda, y lo que pasó al instante fue verdaderamente escalofriante, pues vieron cómo el demonio salía del cuerpo sin vida de Cándida y se reía de manera estridente, era una especie de humo con ojos amarillos pero de imponente presencia, escapó por la ventana y se perdió entre la luz de la luna.
El Padre le dijo a Tomás:
- Vamos apúrate, salgamos de aquí, si viene doña Ernestina quien sabe que nos vaya a hacer.
- Si huyamos rápido – contestó el acólito
Salieron rápidamente del cuarto sin hacer ruido y luego hacía la puerta de la casa para salir a la calle, luego el padre le dijo que se fueran rápidamente a su casa, y ahí se esconderían por si alguien trataba de inculparlos después.
Llegaron a la casa del padre y no prendieron la luz para nada y ahí trataron de dormir hasta las 4 de la mañana del día siguiente, que fue cuando el Padre Ponciano despertó a Tomás y le dijo que se apuraran, pues a esa hora empezaban a salir los primeros autobuses rumbo a la capital. Abandonaron la casa del Padre con lo que pudieron tomar y al perro lo pasaron a dejar con un amigo del padre, con el pretexto de dejarlo “encargado” durante un rato. Luego se fueron a la central camionera y ahí tomaron un autobús rumbo a la capital, y nadie volvió a saber de ellos.
En el pueblo se corrió la voz de que habían sido asesinados esa noche junto con Cándida pero que el Chamuco se había llevado sus cuerpos en señal de triunfo y por eso no aparecieron junto a ella.
Fin
PD: Si leyeron todo, los felicito, disculpen el tamaño de la letra, pero es que esta cosa no trae para agrandarla o para hacerla un poco más atractiva, y sé que por eso la lectura puede resultar bastante cansada, jaja lo que aumenta el reto.
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